En la pintoresca comunidad Maya de Pomuch, Campeche, se mantiene viva una tradición única en todo México; La limpieza de los Santos Restos.
Durante décadas, los habitantes de Pomuch han practicado la costumbre de limpiar los restos de sus seres queridos días antes de la celebración del Día de Muertos.
Acompáñame en este viaje a través del tiempo y la tradición ancestral de este pueblo, donde la muerte se abraza como parte de la vida…
Pomuch: Donde la Tradición se Respira
Esta tradición implica desenterrar los cuerpos después de tres años de su fallecimiento, para luego depositar los restos en osarios, las cajas de madera donde se albergan.
Año tras año, los miembros de la comunidad regresan al cementerio para desempolvar los huesos, cambiar los manteles y darle un toque de renovación a este espacio, como una mano de pintura o flores frescas.
Para los habitantes de Pomuch, esta costumbre es un honor y una forma de sentirse más cerca de aquellos que han partido. Algunos de ellos han practicado la limpieza de los santos restos desde que eran niños y se esfuerzan por mantener vida la tradición.
La Experiencia Impactante del Cementerio de Pomuch
Al caminar por el cementerio de Pomuch se pueden apreciar restos en diferentes estados, algunos aun con carne o cabello. Definitivamente esta experiencia no es para cualquiera.
No te mentiré, al inicio iba temeroso, ver todas esas calaveras y esqueletos es impactante. De hecho es la primera vez que veo alguno fuera de un museo. Pero después de escuchar a algunos miembros de la comunidad, las “ñáñaras” desaparecieron. E incluso sentí paz.
Un Vínculo Familiar Inquebrantable
Por ejemplo, Don Héctor y su familia nos compartieron que para ellos prácticamente era como una reunión familiar más, donde tanto los vivos como los muertos participan.
Del mismo modo, el Sr Emilio se encontraba limpiando restos de sus difuntos, incluyendo los de su padre y los de su hijo. Nos contó que este Diciembre desenterrará a su madre para llevarla con el resto de la familia al osario.
También conocimos a Cesario, él es sepultero desde hace 12 años, algunas familias lo contratan para limpiar los huesos de sus difuntos y sus osarios. Las personas suelen solicitar este servicio por falta de tiempo o simplemente por las facilidades que les da recibir ayuda.
Retos y Amenazas a la Tradición
Platicando con los locales descubrimos dos retos a los que se enfrenta esta tradición. Por un lado, la perdida de esta costumbre, ya sea por desplazamiento, fallecimiento o por el hecho de que algunas personas dejan de practicarlo, incluso se pueden apreciar osarios abandonados, pues ya no hay quién se hagan cargo de ellos.
Por otra parte, lastimosamente, existen personas que están robando huesos y calaveras del cementerio, si bien creen que se trata de turistas tomándolos como souvenirs, hasta el momento se desconoce de quién se trate ni el motivo.
Si bien, la limpieza de los santos restos no es un atractivo turístico como tal, cada vez más personas deciden visitar el cementerio de Pomuch en estas fechas para presenciar con sus propios ojos esta interesante tradición.
Como visitantes es nuestra obligación ser responsables y respetuosos al respecto, para que de esta manera los miembros de la comunidad sigan abiertos a recibirnos y compartir con nosotros. Algunas sugerencias que puedo darte es pedir permiso antes de grabar / tomar fotos, obviamente no tomar nada que no te pertenece y estar dispuesto a escuchar sin prejuicios.
Un Recordatorio de la Vida y la Muerte
Todas las personas con las que platicamos estaban muy orgullosas de su tradición. Nos contaban sus experiencias tan casualmente que se agradece que nos recuerden que la muerte es parte de la vida y deberíamos verlo como lo que es, algo natural e inevitable…
Visitar Pomuch me ha dado más razones para confirmar que si, efectivamente el Día de Muertos es mi celebración favorita y en México debemos estar orgullosos de nuestras raíces y tradiciones.
En Pomuch, la tradición y el respeto por los seres queridos perduran, y nos enseñan que la vida y la muerte son un ciclo inquebrantable, una parte fundamental de la experiencia humana.